La cotorra puertorriqueña, conocida científicamente como Amazona vittata, es un ave endémica de Puerto Rico y un símbolo de la biodiversidad de la isla. Nuestros taínos la llamaban Iguaca emulando sus vocalizaciones en el bosque. Esta especie es la única cotorra nativa de Puerto Rico al presente y, desafortunadamente, se encuentra en peligro crítico de extinción.
La cotorra puertorriqueña es un ave de tamaño relativamente pequeño. Mide aproximadamente 11 a 12 pulgadas (29 cm) de largo y pesa alrededor de .6 libras (270 gramos). Su plumaje es mayormente verde, con las plumas primarias de las alas de un azul cielo visible solo en vuelo. Un anillo blanco rodea sus ojos y una banda roja adorna la zona sobre su pico blanco marfil, características que la hacen inconfundible. Su cola es más corta y redondeada que la de especies como el perico monje (Myiopsitta monachus) y el perico aliblanco (Brotogeris versicolurus), bastante comunes en la isla.
Históricamente, la cotorra habitaba en todas las regiones de bosque insular de Puerto Rico, incluyendo Vieques y Culebra. Hoy en día, su presencia se ha restringido a las zonas de bosque tipo palo colorado, palma de sierra y tabonuco en las altas zonas de la Sierra de Luquillo dentro del Bosque Nacional del Caribe, en el Bosque Estatal de Río Abajo entre Arecibo y Utuado y en el Bosque Estatal de Maricao.
La dieta de la cotorra puertorriqueña es herbívora y variada. Consiste principalmente en flores, frutas, hojas, corteza y néctar obtenidos del dosel del bosque. Se ha registrado que la especie consume más de 60 materiales diferentes, aunque su dieta era más variada antes de la reducción de su hábitat.
Las cotorras puertorriqueñas son conocidas por formar parejas monógamas que duran mucho tiempo. Son aves territoriales durante la temporada de reproducción y utilizan cavidades en los árboles como nidos. La hembra se encarga de la incubación, mientras que el macho provee alimento.
Alcanzan la madurez sexual entre los 3 y 5 años. La reproducción ocurre una vez al año, generalmente entre enero y julio. La hembra pone de tres a cuatro huevos, los incuba durante 24 a 28 días y, tras la eclosión, los polluelos tardan de 60 a 65 días en volar del nido.
En los años 70, la población de iguacas llegó a su punto más crítico con apenas 12 a 15 individuos en estado silvestre. En la misma década comenzó el programa de propagación en cautiverio bajo la tutela de agencias federales y estatales en Luquillo, luego en Arecibo, y más recientemente en Maricao. Cabe destacar que los esfuerzos de conservación comenzaron desde finales de los años 40. Sin embargo, la pérdida de hábitat por deforestación, los fenómenos atmosféricos, la captura y cacería ilegal, y la depredación y parasitismo de otras especies tuvieron un efecto fatal. Gracias a los esfuerzos de conservación, se estimaba que para 2022 había una población de aproximadamente 700 cotorras puertorriqueñas, incluyendo las de los aviarios de reproducción y las que están ya en estado silvestre.
La conservación de la cotorra puertorriqueña es vital para mantener la riqueza natural de Puerto Rico. Existen leyes federales y estatales que protegen la especie. En conjunto con los esfuerzos de conservación y los programas de reproducción en cautiverio se busca proteger a esta especie única y evitar su extinción. La cotorra no solo es importante por su valor ecológico, sino también como parte del patrimonio cultural de la isla.
Frances Santiago, una apasionada fotógrafa aficionada de Puerto Rico, ha capturado la esencia de la isla a través de su lente. Con un ojo agudo para los detalles y una paciencia inigualable, se ha dedicado en su tiempo libre a la observación de aves, documentando la diversidad y la belleza de una variedad de especies. Su amor por la naturaleza se refleja en cada imagen, invitando a los espectadores a conocer, apreciar y respetar el mundo natural que nos rodea.
Si deseas adquirir alguna de nuestras fotos de la cotorra puertorriqueña para uso personal o comercial, podemos ayudarte. Puedes visitar nuestro catálogo en Nature Photography by Frances y conseguir tu foto. Si no encuentras la que necesitas, contáctanos y procuraremos ayudarte. Todas nuestras fotografías son originales y tomadas en su ambiente natural a distancia considerable con lentes telefoto. Ningún ave ha sido manipulada ni perturbada en el proceso.