La calandria de Puerto Rico (Icterus portoricensis) es un ave endémica de la isla, que forma parte de la familia de los orioles, conocida por sus colores vibrantes y su canto melodioso. Estuvo agrupada como una sola especie junto a la de Cuba, La Española y las Bahamas, hasta que en 2010 las cuatro fueron reconocidas como especies endémicas de sus respectivas islas del Caribe.
La calandria de Puerto Rico es una especie de tamaño medio, con una longitud que varía entre 9 y 10 pulgadas (23 a 26 cm.). Su plumaje es llamativo, con un contraste de colores que lo hace fácilmente reconocible. Su cuerpo es predominantemente negro con algunas plumas amarillas en las alas, el vientre, la rabadilla y las patas. La cola es relativamente larga y de color negro. Los inmaduros tienen un color amarilloso a anaranjado. Al mudar de plumaje, van adquiriendo el color más oscuro. La manera más fácil de diferenciarla de la muy parecida mariquita es que esta última solo tiene plumas amarillas en el borde superior del ala.
Esta especie se encuentra principalmente en los bosques subtropicales y tropicales de Puerto Rico, aunque también habita en áreas semiabiertas, como jardines y tierras cultivadas. Prefiere las zonas con árboles altos, que le proporcionan suficiente cobertura para su nido y alimento. Los bosques húmedos de las regiones montañosas y las zonas de bosque seco en las llanuras costeras son los lugares más comunes donde puede observarse. En algunas áreas urbanas, también se adapta a parques y jardines.
La calandria de Puerto Rico es omnívora, aunque su dieta está compuesta principalmente por frutas, insectos y pequeños artrópodos. Entre sus frutas favoritas se encuentran las guayabas, mangós, bayas y otras frutas tropicales que encuentra en los árboles de la isla. suele buscar alimento en las copas de los árboles. La alimentación también incluye néctar, especialmente durante la temporada de flores. Durante la época de cría, los insectos y otros pequeños invertebrados se convierten en una parte importante de su dieta, dado que son esenciales para el desarrollo de sus crías.
La calandria de Puerto Rico es conocida por su comportamiento activo y sociable. Suele ser un ave ruidosa, con un canto melodioso que varía entre trinos y silbidos, especialmente al amanecer. En cuanto a su interacción con otras especies, la calandria de Puerto Rico no es particularmente territorial, pero se muestra agresiva durante la temporada de reproducción, defendiendo su espacio de anidación y alimenticio. En su comportamiento social, a menudo se agrupa en bandadas pequeñas, especialmente en las zonas de alimentación, aunque en la temporada de cría las parejas pueden ser más solitarias.
La temporada de reproducción de la calandria de Puerto Rico comienza generalmente en febrero y se extiende hasta julio. Construyen un nido suspendido en las ramas de árboles de gran altura, preferiblemente palmas, utilizando fibras vegetales y otros materiales disponibles en su entorno. El nido tiene una forma de canasta y es elaborado por ambos sexos, aunque el macho desempeña un papel fundamental en su construcción. La hembra pone entre tres y cuatro huevos, los cuales incuba durante un período de aproximadamente dos semanas. Tras la eclosión, ambos padres se encargan de alimentar a los polluelos hasta que estos están listos para volar, lo que suele ocurrir entre 12 y 14 días después de la eclosión. Esta ave muestra un comportamiento cooperativo en el cuidado de la descendencia, asegurando que los polluelos reciban suficiente alimento para su desarrollo. Ocasionalmente sus nidos se ven parasitados por el tordo lustroso.
La calandria de Puerto Rico es una especie fascinante que juega un papel importante en los ecosistemas locales de la isla. Su colorido plumaje, comportamiento vocal y sus adaptaciones a diversos hábitats la convierten en una de las aves más emblemáticas de la fauna puertorriqueña. Aunque no se encuentra en peligro de extinción en la actualidad, su bienestar depende de la preservación de los hábitats naturales y la continua atención a la conservación de la biodiversidad en Puerto Rico.
Frances Santiago, una apasionada fotógrafa aficionada de Puerto Rico, ha capturado la esencia de la isla a través de su lente. Con un ojo agudo para los detalles y una paciencia inigualable, se ha dedicado en su tiempo libre a la observación de aves, documentando la diversidad y la belleza de una variedad de especies. Su amor por la naturaleza se refleja en cada imagen, invitando a los espectadores a conocer, apreciar y respetar el mundo natural que nos rodea.
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